1x08 "Y la vida sigue"

Habían pasado ya dos semanas desde el trágico suceso, era lunes y todos los alumnos acudían al Zurbarán. Eran unos días complicados en el instituto ya que Héctor se tenía que ausentar unos días por su accidente y Aurora también se tuvo que ausentar para cuidar de él como prometió.

HÉCTOR: Gracias por quedarte, eres muy graciosa.
AURORA: ¡Qué va!
HÉCTOR: No sabes las ganas que tengo de salir…
AURORA: Y yo, y yo…
HÉCTOR: Mira, por ahí viene la enfermera; a ver que nos dice.
ENFERMERA: A ver, a ver… el análisis diario. (Coge una jeringa y le saca sangre a Héctor)
AURORA: ¿Y eso no duele?
ENFERMERA: No, es como una picadura de mosquito.
AURORA: Pero ¿qué tipo de mosquito? ¿Tigre, normal…?
HÉCTOR: (Dolorido) Este ha sido más bien tigre…
ENFERMERA: Bueno, en unos minutos le traerán el desayuno.
HÉCTOR: ¿Llaman desayuno a una taza de leche sin café y dos galletas María?
AURORA: Yo me bajo a la cafetería, que allí hay unos cruasanes de chocolate…
HÉCTOR: Súbeme uno, por favor…
AURORA: De los pequeños, que valen sólo un euro…
ENFERMERA DESAYUNO: Bueno, aquí le traemos el zumito…
HÉCTOR: ¿Zumo?
ENFERMERA DESAYUNO: Sí, que ayer hubo de cena tortilla y embutido y hoy toca día sano…
HÉCTOR: ¿No me pueden traer una tostada con su mermelada de fresa?
ENFERMERA DESAYUNO: Mañana toca leche y galletas así que ¡A esperar!
AURORA: Aquí te traigo el cruasán…
ENFERMERA DESAYUNO: ¡¿Cómo que cruasán?! No, no… tú zumo y a esperar a la una y media ¡Hombre!



Eloy, sentado en los escalones de la puerta del instituto, se encontraba solitario y es que, el aún no había conseguido olvidar nada. Raquel, que también andaba sola, se acercó a él e intentó consolarle.

RAQUEL: (Se sentó junto a él) Eloy, tienes que pasar página.
ELOY: Raquel, sabes que estoy mal. ¿Por qué no me dejas sólo?
RAQUEL: Eloy, te tienes que animar. No te digo que te olvides de él, simplemente anímate…

Unos minutos más tarde comenzaron las clases. Raúl enseñaba a los alumnos un tipo de arte, el arte abstracto.

RAÚL: El arte abstracto es un arte difícil de entender, se puede entender pero vuestra opinión siempre será diferente a la de otras personas. Hoy os voy a dar un folio grande para que os expreséis y luego veremos las opiniones de los demás. (Coge un taco de folios y comienza a repartir)
KEVIN: (Escribe en una nota) Hoy es mi cumpleaños y quiero que vengas al parque que nos conocimos. Esta tarde a las 18 ;)
JUDITH: (En voz baja) Vas a tener el mejor regalo del mundo.
RAQUEL: (A Eloy) ¿Qué vas a dibujar?
ELOY: (Malhumorado) No te lo digo, sino después ya lo sabrás.
MARINA: (A Raquel) ¿Aún no se le ha pasado?
RAQUEL: (A Marina) Se ve que no…
IXCHEL: (A Álvaro) Álvaro, quiero que me lleves a un sitio romántico esta noche…
ÁLVARO: (A Ixchel) Entonces ¿volvemos?
IXCHEL: No, no volvemos porque no estábamos saliendo.
ÁLVARO: ¿Sólo saliendo?
IXCHEL: A ver ¿me vas a llevar o no?
ÁLVARO: (Indeciso) Sí…
RAQUEL: (A Cristian) ¿No tienes frío?
CRISTIAN: (A Raquel) No… toma mi chaqueta. (Se la da)
RAQUEL: Muchas gracias de verdad. (Se la pone y nota un bulto en el bolsillo, mira lo que hay y es una caja con droga)
CRISTIAN: ¿Qué tal ahora?
RAQUEL: (Asustada) Bi… bien.

Nuria y Manuel estaban tomando un vaso de café en el despacho, los dos estaban muy agobiados de todos los días que habían pasado.

MANUEL: Madre mía que mal está todo, tú haciendo las clases de Aurora y las tuyas, Raúl haciendo las de Héctor más las suyas… Yo las mías y un montón de papeleo.
NURIA: En dos semanas ya podrá estar Aurora porque solo tenía que estar un mes.
MANUEL: Menos mal… Por cierto ¿Héctor cuando salía?
NURIA: Creo que tenía para dos meses… pero conociéndolo hará lo posible por estar antes. Como si lo viera. (Tira el vaso a la papelera) Manuel, podríamos hacer unas clases de reciclaje para todos, porque es de lo que peor llevan.
MANUEL: Sí, además así podríamos estar un poco mejor, sin tanto agobio.
NURIA: ¿Las doy yo?
MANUEL: Sí no tienes ningún inconveniente, me solucionarías muchas cosas.
NURIA: ¿Cuándo empiezo?
MANUEL: Mañana mismo, a primera hora.

En la clase de Raúl, todos los alumnos habían terminado de hacer sus dibujos abstractos. En ese momento comenzó a coger cada dibujo a cada alumno. 

RAÚL: Eloy, por favor. Tráeme tú dibujo.
ELOY: (Va hacia la pizarra) Aquí tienes.
RAÚL: Me encanta. Por favor, Judith ¿podrías decirnos lo que ves en él?
JUDITH: Pues yo veo dos mariquitas en una flor apareándose.
RAÚL: Qué visión más rara… Bueno, para gustos colores. A ver, Raquel, explícanos lo que tú ves.
RAQUEL: Yo veo dos jarrones juntos en un mueble antiguo, los dos unificados, que, aunque uno se rompa siempre seguirán juntos. 
RAÚL: Bonitas palabras Raquel. Bueno, no voy a preguntar a todos porque sí no, no termino jeje. Por favor Eloy, ahora cuéntanos tú lo que ves en él.
ELOY: (Se lo piensa dos veces) Veo… veo… ¿puedo ir al baño?
RAÚL: Sí, pero que sea la última vez, que ya sois mayorcitos.
KEVIN: Indefenso de mierda…
RAÚL: ¿Perdón?
KEVIN: Nada, que habrá comido algo que le sienta mal. Yo le recomiendo Activia…

Aurora y Héctor estaban en la habitación del hospital hablando de sus cosas.

AURORA: Pues mira, a mí, mi marido me engañó con otra. Entonces me echó de casa, busqué trabajo y el mejor que encontré fue en el Zurbarán… Allí conocí a Nuria, vaya suerte que tuve por cierto, y me dejó su casa para vivir unos días con la condición de que buscará piso… pero en realidad no lo voy a hacer… Porque estamos genial las dos juntas, sólo pago yo mi parte y ya está… Venga ahora tú.
HÉCTOR: A mí me cuesta tener una relación fija con las mujeres, porque algunas son tan sucias, me dejan el pijama encima de la cama… Pufff..., que agobio, a mí eso no me gusta nada. El pijama debajo de la almohada de toda la vida, vamos.
AURORA: (Sorprendida) Sí, sí… em… yo también la dejo siempre debajo de la almohada.
HÉCTOR: ¿Qué hora es?
AURORA: La una y treinta y uno.
HÉCTOR: Madre mía, siempre con retrasos… si es a y media, pues a y media no a menos veinticinco…
AURORA: En un hospital nada es puntual nunca… No te acuerdas el otro día el pobre hombre del ojo…
HÉCTOR: Mira, por ahí viene.
ENFERMERA COMIDA: ¿Menú uno o menú dos?
HÉCTOR: ¿Qué lleva cada menú?
ENFERMERA COMIDA: El uno lleva acelgas con patata, merluza y fruta.
HÉCTOR: Ese mismo…

Las clases habían finalizado y, todos los alumnos salían por la puerta. Raquel se acercó a Eloy sigilosamente para intentar alegrarlo un poco.

RAQUEL: (Andando rápido) Eloy, ¡Espera!
ELOY: ¿Qué quieres?
RAQUEL: (Lo alcanza) Nada, que sí te apetece venirte conmigo, he conocido una cafetería que se merienda genial… tienen bollos de chocolate riquísimos, mmm.
ELOY: (Despectivo) Parce mentira que tú fueras amiga de Jorge…
RAQUEL: Yo era amiga de Jorge, lo que pasa. Como muchas veces te he dicho, que hay que pasar página porque la vida sigue. ¿Tú has oído lo que he dicho en clase?
ELOY: ¿Lo de los jarrones?
RAQUEL: Sí, eso.
ELOY: Sí, lo he oído.
RAQUEL: Pues eso es una metáfora, lo he hecho para que te dieras cuenta de que aunque algo se vaya la vida continúa. Sí no, todos en este mundo estaríamos tristes. Porque la gente siempre se muere.
ELOY: Pero no joven.
RAQUEL: Hay de todo, y a nosotros, desgraciadamente, nos ha tocado esa mala suerte.
ELOY: ¡¿Y qué culpa teníamos?!
RAQUEL: A veces, la vida es injusta y hay que intentar superarlo.
ELOY: ¿Pero cómo?
RAQUEL: Eloy, lo mejor que podríamos hacer es ir a la cafetería y hablamos de esto tranquilos y merendando. De verdad, te encantará y te sentirás mejor.
ELOY: (Convencido) Bueno, venga…



Judith llevaba a Kevin a una cancha de baloncesto. Allí, se encontraban multitud de jugadores famosos de baloncesto. 

KEVIN: ¿Una cancha de baloncesto?
JUDITH: No, no es sólo eso.
KEVIN: (Ve acercarse a Pau Gasol) ¿Pau Gasol? ¡Gracias! (Besa a Judith)
JUDITH: De nada… ya te decía que iba a ser el mejor regalo del mundo.
PAU: ¡Buenas tío! (Le choca la mano) ¿Vienes a jugar?
KEVIN: ¡Claro que sí!
PAU: Pues venga. (Le pasa el balón)
KEVIN: Una pregunta, ¿puede venir mi novia?
PAU: Por supuesto. ¿Cómo te llamas, guapa?
JUDITH: Judith.
PAU: Pues venga, ¡a jugar! Cada uno en un equipo, a ver quién gana.
KEVIN: (Le da la mano a Judith) Juega bien.
JUDITH: (Segura de sí misma) Igualmente.

Raquel acompañaba a Cristian a su casa ya que había quedado con Eloy a las siete de la tarde, iba deprisa porque no quería llegar tarde, ya estaba bastante difícil la cosa…

CRISTIAN: Gracias por acompañarme, pero no hacía falta. (Se saca las llaves del bolsillo)
RAQUEL: Espera. (Le mira fijamente a los ojos y va a besarle, acto seguido para la acción)
CRISTIAN: ¿Qué quieres?
RAQUEL: Sé… sé… sé lo que llevas entre manos…
CRISTIAN: No te entiendo.
RAQUEL: Me entiendes perfectamente, ábrete ese bolsillo.
CRISTIAN: Eh… ¿Este bolsillo?
RAQUEL: Sí, sé que tienes droga.
CRISTIAN: (Baja la voz) ¿Desde cuándo lo sabes?
RAQUEL: Desde que me has dejado la chaqueta esta mañana.
CRISTIAN: Joder… 
RAQUEL: ¿Y qué pasa si no me llego a enterar? ¿Pensabas seguir metiéndote de todo hasta que no aguantaras más? ¡La droga es una mierda! ¡Mira lo que le pasó a Jorge!
CRISTIAN: Mira, yo sé lo que hago.
RAQUEL: ¡Qué vas a saber tú! ¡Querer a alguien es preocuparse por él! Y si te digo esto es porque yo…
CRISTIAN: ¿Me quieres?
RAQUEL: Me preocupo por ti y por lo que te pueda pasar.
CRISTIAN: Pero yo sé lo que hago, y hasta ahora, no me ha pasado nada.
RAQUEL: ¿Y ése que te pegó hace unas semanas?
CRISTIAN: Ese es un hijo de puta.
RAQUEL: Ya… pero tú estás con ellos.
CRISTIAN: Mira, déjame en paz. (Se va)
RAQUEL: (Le coge de la mano) No voy a parar hasta que tú no pares de tomar esa mierda. (Comienza a llorar) ¡Ya he tenido bastante con perder a un amigo!
CRISTIAN: (La consuela) Tranquila, tranquila.
RAQUEL: (Se separa de él) ¡No! ¡Tranquila no! ¡Prométeme que lo vas a dejar!
CRISTIAN: (Suspira) Joder… (La besa) Te lo prometo.

Raquel se alejó de Cristian muy despacio mirándose los dos fijamente, como si con un beso se hubiera arreglado la cosa, pero Raquel lo amaba tanto que confiaba plenamente en él. Tras devolverse las miradas, Raquel se miró el reloj, faltaban cinco minutos para su cita con Eloy en la cafetería, así que se puso a correr para llegar a tiempo.

RAQUEL: Perdón por el retraso.
ELOY: No pasa nada, sólo llevo aquí tres minutos.
RAQUEL: Bueno, entra. (Le abre la puerta)
ELOY: (Se sienta en una silla) Siento todo lo que os he dicho estos días, a ti y a Marina.
RAQUEL: No tienes porque disculparte, la ira forma parte del shock.
ELOY: Ya… pero… aún así, os he insultado mucho y vosotras siempre ahí al lado…
RAQUEL: Tranquilo, el paso que acabas de dar es algo muy grande.
ELOY: Gracias, he estado todo este rato en casa pensando en lo que haría Jorge y a él le hubiera gustado que yo fuera feliz.
RAQUEL: Sí ya te lo decía, pero tú no querías pasar página. Lo que has hecho es lo mejor que podías hacer. No olvidarte de él, sino seguir adelante. Porque la vida sigue.

Era ya por la noche y Álvaro e Ixchel cenaban en el restaurante que habían prometido.

CAMARERO: ¿Qué querrá la señorita?
IXCHEL: Yo querré… una pizza de cuatro quesos para compartir.
CAMARERO: (Apunta) ¿Y de bebida?
ÁLVARO: Una Coca-Cola.
IXCHEL: Que sean dos.
CAMARERO: Ahora mismo se lo traemos.
IXCHEL: ¿Por qué me has traído aquí?
ÁLVARO: Te he traído para que hablemos, porque yo no quiero ser tu pelota, ahora sí te quiero, ahora no, ahora sí… ¡Basta!
IXCHEL: Como me pones cuando te enfadas… Por eso siempre dejo que te arrastres jaja.
ÁLVARO: Ya, pero estoy harto. ¿Por qué no somos una pareja normal, como Kevin e Judith?
IXCHEL: (Con tono despectivo) Esos dos son un par de pijos…
ÁLVARO: ¿Pero Ixchel no es tú amiga?
IXCHEL: ¿Pero Kevin no es tu amigo? Son dos pares de pijos qué lo único que saben hacer es gastarse el dinero. Y por eso somos sus amigos… 
ÁLVARO: Hombre… yo aparte de por eso, soy también amigo de Kevin porque me cae bien…
IXCHEL: Y yo, pero por lo otro también. Y lo de que no paro de decirte que sí y que no es porque me gusta que te arrastres. Te hace más guapo de lo que eres…
ÁLVARO: ¿Luego querrás venirte a mi casa a… dormir?
IXCHEL: Sí, pero yo duermo en tú cama y tú en el suelo. Jeje.

Raquel llegaba a casa agotada, y es, tanto preocuparse de los demás le había impedido preocuparse de sus problemas. Miguel, su padre se acercó a ella.

MIGUEL: Buenas cariño, ¿qué has hecho que llegas tan tarde?
RAQUEL: He estado por ahí, ayudando a un amigo.
MIGUEL: Así me gusta, eres la mejor chica del mundo. (Le da un beso en la mejilla) ¿Qué quieres para cenar?
RAQUEL: Nada, estoy cansada. Me voy a dormir.
MIGUEL: Bueno, vale. Yo me quedo aquí en el salón por sí quieres algo.
RAQUEL: Vale papá.

Raquel fue a su habitación, se tumbó en la cama y se puso a pensar todo lo que tenía a su alrededor. Descubrió que estaba huyendo de sus problemas para ayudar a los de los demás, pensó que eso estaba bien, pero estaba mejor preocuparse por ella misma. Estaba cansada del día, así que decidió acostarse a la cama y dejar ese tema para otro momento, pero en ese instante, sonó el móvil.

RAQUEL: (Cogió el móvil) ¿Sí?
CRISTIAN: (Por el móvil) Raquel, me encuentro muy mal… Ven a recogerme, por favor.
RAQUEL: (Alarmada) Cristian, ¿qué te pasa?
CRISTIAN: Me encuentro fatal, me está sangrando muchísimo la nariz y no paro de vomitar, por favor ven al parque que está al lado del insti.
RAQUEL: ¡Joder! ¡Te dije que lo dejaras!
CRISTIAN: ¡Y lo he dejado! Esto es porque me acaban de pegar una paliza.
RAQUEL: ¡¿Qué?! Espera, ya mismo voy para allá.
CRISTIAN: (Dolorido) Corre, por favor, corre…

Nos guste o no, el sol sale nuevamente cada mañana y la vida sigue. Hay que aprender a mirar hacia delante, a perdonar, a superar, a recordar. Pero no todos tienen la facilidad de pasar página y se aferran al presente. Sin darse cuenta de que eso sólo empeorará las cosas. Todos debemos apostar por el futuro, pero sin olvidar tampoco a quien ha quedado en el camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario